La forma en que un líder maneja situaciones de crisis determina el futuro de su empresa.
Contar con destrezas de liderazgo en situaciones de crisis es instrumental para mantener la estabilidad de una organización. Una crisis organizacional es una situación difícil que puede perjudicar la continuidad de la operación, su oferta de servicios y su estabilidad financiera.
Existen numerosos escenarios con el potencial de poner en riesgo la estabilidad de una empresa, por ejemplo, situaciones de desastres naturales, recesión económica, inestabilidad política, y hasta situaciones como una crisis de imagen y relaciones públicas.
Ante estas situaciones, los líderes de la organización deben emplear su buen juicio y desarrollar estrategias efectivas para superar estos acontecimientos. Para salir airoso de una crisis, un líder debe estar equipado con las destrezas de liderazgo adecuadas.
A continuación, compartimos tres destrezas de liderazgo que consideramos esenciales para manejar exitosamente los momentos de crisis:
1. Adaptabilidad
Un buen líder no se resiste a los cambios pues sabe que son inevitables. Al contrario, reconoce la situación que enfrenta y se adapta apropiadamente a la misma.
El proceso de cambio organizacional—sea voluntario o forzado—cuenta con tres fases fundamentales:
- Recolección de datos – Se trata de conocer todo lo posible acerca del desafío enfrente. El proceso se debe guiar por las preguntas críticas que llevarán a identificar las necesidades y sus posibles soluciones.
- Interpretación y diagnóstico – Con los datos recopilados, se identifican preocupaciones, potenciales problemas, posibles consecuencias y metas.
- Acción –Se selecciona el curso de acción más adecuado para resolver la situación y se pone en marcha.
Es probable que el comportamiento de las personas a su alrededor sea el obstáculo más grande que enfrente durante un proceso de cambio. Por eso es tan importante la próxima destreza de liderazgo.
2. Persuasión
La persuasión es una de las herramientas más valiosas de un líder. Se trata de su habilidad para influenciar a otros. Requiere inteligencia emocional, paciencia y diplomacia, pues persuadir es inducir a otros a hacer o creer algo, apelando a su razón o entendimiento. Utilizando la persuasión, un líder puede motivar a sus empleados y a su audiencia a tomar acción.
A nivel interno, los ejecutivos y gerenciales deben persuadir a sus empleados para que pongan su mayor empeño en todo lo que hagan. Esto es un reto en cualquier momento, pero es crucial cuando la compañía está enfrentando una situación crítica, porque a todos nos cuesta trabajar si estamos agobiados.
Por eso, la mejor forma de persuadir a los empleados es manteniéndolos motivados.
Hay muchísimas formas de mantener motivados a tus empleados.
- Aquí compartimos un artículo que contiene 25 ideas para motivar a empleados.
Por otro lado, si se trata de una crisis externa—de relaciones públicas, por ejemplo—la gerencia tiene que recuperar la confianza del público. Para lograrlo, el portavoz necesitará valerse de la persuasión.
3. Empatía
Por último, un buen líder debe mostrarse empático. En tiempos de crisis, reinan la confusión, el miedo, la angustia, el estrés y otros malestares. Por eso es tan importante que los líderes demuestren a su equipo que entienden cómo la situación los afecta individualmente.
La mejor manera de mostrar empatía es estableciendo canales abiertos de comunicación. Se deben fomentar la honestidad y el diálogo entre la administración y la fuerza laboral. Esto reduce los rumores que aportan al desconcierto y reconforta a los empleados.
Una vez superada la crisis, debe haber un seguimiento del proceso de manejo de crisis. Repasar lo que se hizo, conociendo los resultados de las acciones tomadas, es un gran ejercicio para aprender de la crisis. Con este aprendizaje, deben tomarse las medidas necesarias para mejorar el plan de manejo de crisis.