Utiliza estas 5 tácticas para convencer a tus superiores.
Un sinnúmero de profesionales se han encontrado en esta situación en un momento dado: tu jefa ha tomado una decisión que entiendes no es la mejor para el departamento, o incluso para la compañía. Estás completamente segura que la idea que quieres proponer es diez veces mejor que la de ella pero, ¿cómo dejárselo saber sin que se ofenda?
Otro ejemplo, aún más común, es cuando quieres convencer a tu jefe que mereces esa alza salarial que tanto te han prometido, o cuando es hora de obtener esa promoción que tanto has deseado, o simplemente desear que te faciliten una computadora nueva porque la que tienes en tu escritorio parece más una exhibición de museo.
En fin, existen diversas razones para poder tener poderes de convencimiento sobrenaturales, en especial cuando se trata de tu jefe. Pero admitámoslo: el mostrar desacuerdo con tu superior y tratar de convencerlo para que tome una acción distinta es un poco como jugar con fuego. Si no lo llevas a cabo de la manera más respetuosa y profesional posible, te puedes quemar, y tu empleo podría estar en riesgo.
A continuación, presentamos unos consejos que te ayudarán a interactuar efectivamente con tu superior y al final del día, convertirlo en tu aliado:
1. Evalúa tu posición
Antes que nada, haz una evaluación fría y calculada sobre tu estatus dentro de la compañía. ¿Llevas varios años en la empresa y te conocen por tu alto desempeño? Definitivamente estás en una buena posición de argumentar un punto a tu favor. ¿Llevas apenas seis meses y ya te han dado un aviso por tardanzas? Mejor reconsidera abordar cualquier tema delicado con tu supervisora.
2. Escoge tu campo de batalla
De igual manera, evalúa las interacciones que tú y demás compañeros han tenido con su superior dentro de distintos escenarios. ¿Es el tipo de persona que toma en cuenta la opinión de todos durante una reunión, por ejemplo? ¿Se muestra más relajado y cándido en situaciones más personales, como por ejemplo durante el “break” del café? Escoge bien el tiempo y el lugar, preferiblemente sin que haya otros alrededor.
3. Cambia ese “no” por un “sí”
Si quieres convencer a alguien, omite la palabra “no” de tu vocabulario. El negativismo suele hacer que la otra persona asuma una postura defensiva, algo que definitivamente no quieres que suceda. En vez de refutar directamente los puntos de tu superior, contesta de manera afirmativa y luego habla de las posibles repercusiones a esa acción. Por ejemplo, puedes responder una propuesta de tu jefe con: “Sí, aunque las consecuencias de eso podrían ser…” Esto abre la puerta al dialogo, y ayuda a tu superior a pensar en los pros y los contras y llegar a la conclusión que tú deseas.
4. Pregunta en vez de refutar
Siguiendo la línea anterior, no asumas una postura de certeza mientras tratas de expresar tu punto; será muy probable que te proyectes como una persona arrogante. En vez de eso, sigue el ejemplo del filósofo Sócrates. Lejos de hablarles a los demás sobre la manera en que debían de pensar, Sócrates postulaba preguntas y a menudo fingía ser ignorante con tal que la otra persona contestara y eventualmente llegara a sus propias conclusiones. De igual manera, asume una postura de estudiante preguntándole a su profesor, en este caso tu jefe, sobre posibles rutas de acción alternas.
5. Si hay tranque en la discusión, retrocede
A veces, el dicho “escoge tus batallas” guarda mucha relevancia. Si luego de abordar el tema, tu superior se niega a reconsiderar su posición, o si se muestra un poco incómodo con la conversación, esa es una señal de que deberías hacer una retirada estratégica. No trates de seguir insistiendo en tu punto si ves que la dinámica no pinta bien; es mejor esperar a un mejor momento en vez de provocar una situación tensa.
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